jueves, 19 de mayo de 2016

Reseña: AMAZONAS DORMIDAS, de Judith Bosch

Título: Amazonas dormidas
Autora: Judith Bosch
Publica: 23 Escalones / Amazon
Páginas: 211 / 166
Precio: 11, 71 € / 2,99 € (versión kindle)

A pesar de las numerosas campañas que nos advierten de que un buen número de las mujeres que ejercen la prostitución son víctimas de la trata de seres humanos, y que muchas otras se ven obligadas a ello por múltiples motivos, aún hay gente que cree que eso no puede ser cierto, que es imposible que una mujer venda su cuerpo si no quiere. ¿Y qué pasa cuando una de ellas se queda embarazada? ¿Qué es de sus hijos? Una de las posibles respuestas a esta última pregunta la encontraréis en Amazonas dormidas, la novela de Judith Bosch de la que hoy os vengo a hablar.
Leila es una joven canaria de dieciséis años que sueña con llegar a ser médico para sacar a su madre de las calles. Los sueños de Leila se truncan el día en que vuelve a casa y se encuentra con que su madre se ha ido sin dejarle una simple nota. A partir de ese momento, Leila deberá vivir en el prostíbulo de Doña Lucía, la anciana prostituta jefa de su madre hasta la fecha. Doña Lucía no la obliga a prostituirse, pero sí a hacer otras cosas de las que Leila no puede sentirse orgullosa. Una tarde, uno de los clientes de Doña Lucía le infringirá un daño irreparable a Leila. Esto hará que la joven abra los ojos y tome decisiones importantes sobre su destino.
Leila es la hija mulata de la Negra, una prostituta guineana. La Negra vino a Las Palmas de Gran Canaria gracias a su hermana, con la que pronto tuvo un desencuentro. La Negra ganaba demasiado poco limpiando casas, así que pronto decidió ponerse a hacer las calles. Un cliente la obligó a tener relaciones sexuales sin protección. Así nacería más tarde Leila, la protagonista de esta historia.
Leila es una adolescente que sueña con llegar a ser médico. Es inteligente, pero su nueva situación sin su madre y teniendo que vivir con unas prostitutas que no le caen precisamente bien, hace que sus notas se resientan. Un hecho tremendamente traumático relacionado con un cliente de Doña Lucía hará que todo vaya a peor en la vida de Leila. ¿La ayudarán sus amigas Yurena y Morgana a encontrar una vía de escape a esta nueva vida tan desalentadora?
Leila es la protagonista, pero jamás la narradora de su propia historia. Para ello contamos con un narrador omnisciente que la conoce bien, que sabe lo que piensa en cada momento y nos lo transmite con el fin de que empaticemos con esta chica perdida, por cuestiones de la edad y por la dura situación que le ha tocado vivir. Esta voz exterior, que a veces se torna poética, a veces más directa, nos hará comprender, además, que la inocencia puede florecer hasta en los lugares más insospechados, aunque la vida, por desgracia, se encargue siempre de arrebatarla a aquellos que la poseen.
Además del narrador omnisciente encontramos otras narradoras en primera persona: una mujer de más de setenta años que nos cuenta tanto la historia de la isla como la de su familia, haciéndonos entender lo que rodea a Leila; Yurena, la amiga de Leila, con casi tantos problemas como nuestra protagonista; Morgana, la sustituta de la Negra en la casa de citas, la misma que se convertirá en amiga y cómplice de Leila; y Mariana, una veterana prostituta que tiene las claves para desvelar los misterios que envuelven a Leila (y que ella desconoce).
Amazonas dormidas, en definitiva, es una novela que nos hace mirar hacia el mundo de la prostitución desde los ojos de la hija de una prostituta que se queda desamparada en el peor momento de su vida. Un libro con el que reflexionar sobre temas tan diversos y complejos como son la adolescencia, la prostitución, la falta de libertad de muchos seres humanos, el racismo, la pobreza, la hipocresía, la realidad de la isla de Gran Canaria en el momento de la narración y los sueños por los que todos deberíamos luchar. Una historia llena de desesperanza, pero también de ilusión. Un volumen cargado de significado que está esperando a que te decidas por él. ¿O es que acaso no crees que Leila merezca esa oportunidad?
Cristina Monteoliva