domingo, 12 de octubre de 2014

Reseña: LAS LEYES DE LA FRONTERA, de Javier Cercas

Título: Las leyes de la frontera
Autor: Javier Cercas
Edita: Literatura Random House
Págs: 384
Precio: 21,90 € (tapa dura) / 16,90 € (tapa blanda con solapas)/ 9,95 € (bosillo) /16,90 € (audiolibro) / 6,99 € (epub)

Aunque podamos llegar a pensar que el bien y el mal son cosas que casi todo el mundo sabe definir perfectamente, lo cierto es cada uno tiene su propia opinión sobre el asunto. Esa opinión, además, puede variar a lo largo del tiempo, dependiendo de nuestras experiencias, circunstancias, etc. La frontera entre lo bueno y lo malo, por tanto, no siempre está tan clara. Si no me crees, no tienes más que comprobarlo leyendo Las leyes de la frontera, la novela de Javier Cercas que os comento a continuación:
Gerona, verano de 1978. Ignacio Cañas se dispone a pasar unas vacaciones aburridas tras el peor año de su vida en el instituto. De forma casual, el chico conoce en los recreativos donde ha conseguido un trabajo esporádico al Zarco y a Tere, dos chavales marginales que él supone delincuentes. Los tres pronto se hacen amigos y compinches, convirtiéndose el verano del joven Ignacio en algo muy distinto de lo que pensaba en principio. Este es tan solo el comienzo del relato que treinta años después le contará Cañas al periodista encargado de escribir toda la biografía de El Zarco, uno de los delincuentes españoles más míticos de la España de La Transición y los años 80. El periodista no solo entrevistará a Cañas numerosas veces para componer su relato, sino también al Inspector Cuenca y a Eduardo Requena, director de la cárcel de Gerona. Gracias a todos los testimonios, el biógrafo obtendrá una buena parte de las piezas de un puzzle tan complejo como fascinante.
Nuestros padres, nuestros educadores: todos intentan mostrarnos qué es lo bueno y qué lo malo para vosotros. Sin embargo, somos humanos, y, por ende, a veces somos débiles y nos dejamos guiar por falsos mitos. Esto es básicamente lo que le pasa al Ignacio Cañas de la primera parte del libro del que hoy os hablo. Ignacio es un muchacho inteligente que no está pasando un buen momento por culpa de un compañero de instituto abusador. Durante el verano, Cañas conoce a el Zarco y Tere. Zarco es fuerte; Tere, el amor de su vida. La fascinación que siente por los jóvenes quinquis hace que pronto se una a la banda y haga prácticamente las mismas cosas que todos sus miembros. La cuestión es si en realidad esos chicos que viven en albergues, tienen familias desestructuradas y no van al colegio lo consideran a él, un niño de bien con buenas notas, un verdadero igual.
Tras la primera parte, final redondo incluido (el libro podría haber terminado en este punto y tener sentido tal cual), conoceremos, en la segunda, qué pasó años después, cuando un exitoso abogado Cañas se topó de nuevo con el Zarco, delincuente reincidente eternamente en la cárcel, y Tere, menos joven pero igual de atractiva. Poco a poco, se irá desmontando el mito, aunque quedarán muchas incógnitas sin resolver. La cuestión es: ¿qué es verdad y qué mentira? ¿Acaso no tiene cada uno de los personajes su propia verdad? ¿Aclarará en realidad algo el libro que el periodista escribe sobre el mito del Zarco?
Las leyes de la frontera, en definitiva, es una novela de delincuencia, imposturas, redenciones, amor, verdades y mentiras que no sólo nos invita a adentrarnos en las vidas y personalidades de todos esos delincuentes juveniles que se hicieron famosos en los ochenta (especialmente de los que acabaron mal), sino también de todos los (falsos) mitos con los que podamos encontrarnos a lo largo de nuestra vida. Con un estilo cercano y directo (toda la narración es diálogo entre los distintos narradores y el periodista), esta novela hará las delicias de los seguidores de la literatura de Javier Cercas, pero también de los que busquen historias auténticas que inviten a la reflexión, a la revisión de nuestros propios valores, prejuicios y principios morales. Sin duda, una novela que no dejará indiferente a ningún lector. ¿Te atreves a comprobarlo?
Cristina Monteoliva